Objetivo
Escribir una historia entre un montón de gente.
Normas
1.- Puede participar cualquier visitante de este blog.
2.- Cada participante debe poner en su comentario toda la historia anterior y añadir hasta un máximo de 3 palabras más.
3.- No se deben superar las 3 palabras (no se cuentan los signos de puntuación, exclamación, pregunta, etc.). 2 palabras unidas con guiones cuentan como 2 palabras.
4.- No se puede participar 2 veces seguidas.
5.- No se puede terminar en signos de puntuación (".", ",", ";", etc.), pero sí en signos de exclamación o pregunta.
6.- Se debe tratar de seguir el mismo hilo argumental, sin cambios radicales. También hay que procurar usar el mismo tiempo verbal (pasado, presente o futuro).
7.- Si dos participantes responden a la vez, se debe eliminar el comentario que se guarde en último lugar.
8.- No se puede cambiar el tipo de letra, el formato, los colores, etc.
9.- Nadie gana este juego. Finalizará el 28 de febrero de 2008.
10.- Se eliminarán los comentarios que no respeten estas reglas.
lunes, 31 de diciembre de 2007
Juego Historia Encadenada (Edición 1)
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66 comentarios:
El día asomaba
El día asomaba, el sol comenzaba
El día asomaba, el sol comenzaba su viaje por
el dia asomaba, el sol comenzaba su viaje por el lejano oriente
El día asomaba, el sol comenzaba su viaje por el lejano oriente, ahuyentando la noche
El dia asomaba, el sol comenzaba su viaje por el lejano oriente, ahuyentando la noche pasada especialmete oscura
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El día asomaba, el sol comenzaba su viaje por el lejano oriente, ahuyentando la noche pasada especialmente oscura. Pensando en lo duro que es la crisis existencial, intentando encontrar un
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El día asomaba, el sol comenzaba su viaje por el lejano oriente, ahuyentando la noche pasada especialmente oscura. Pensando en lo duro que es la crisis existencial, intentando encontrar un remanso de paz, pero piensas que la vida es corta para detenerse y mirar hacia la profunda huella del tiempo pasado que has dejado en mi alma ansiosa de ser
El día asomaba, el sol comenzaba su viaje por el lejano oriente, ahuyentando la noche pasada especialmente oscura. Pensando en lo duro que es la crisis existencial, intentando encontrar un remanso de paz, pero piensas que la vida es corta para detenerse y mirar hacia la profunda huella del tiempo pasado que has dejado en mi alma ansiosa de ser, por fín, libre
El día asomaba, el sol comenzaba su viaje por el lejano oriente, ahuyentando la noche pasada especialmente oscura. Pensando en lo duro que es la crisis existencial, intentando encontrar un remanso de paz, pero piensas que la vida es corta para detenerse y mirar hacia la profunda huella del tiempo pasado que has dejado en mi alma ansiosa de ser, por fín, libre; y así viajar
ahuyentando la noche pasada especialmente oscura. Pensando en lo duro que es la crisis existencial, intentando encontrar un remanso de paz, pero piensas que la vida es corta para detenerse y mirar hacia la profunda huella del tiempo pasado que has dejado en mi alma ansiosa de ser, por fín, libre; y así viajar liger@ de equipaje
El día asomaba, el sol comenzaba su viaje por el lejano oriente, ahuyentando la noche pasada especialmente oscura. Pensando en lo duro que es la crisis existencial, intentando encontrar un remanso de paz, pero piensas que la vida es corta para detenerse y mirar hacia la profunda huella del tiempo pasado que has dejado en mi alma ansiosa de ser, por fín, libre; y así viajar liger@ de equipaje.
El Orient Express
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El Orient Express se detuvo inesperadamente
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El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella
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El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella su esbelta figura
15 de enero de 2008 7:24
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El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella su esbelta figura al abarrotado andén
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El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella...su esbelta figura, al abarrotado andén se le cayeron
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El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes
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El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo
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El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo de sucia nieve pisada por dos
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El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo de sucia nieve pisada por dos policías que vigilaban
cualquier movimiento sospechoso
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El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo de sucia nieve pisada por dos policías que vigilaban cualquier movimiento sospechoso. Recogió los guantes
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El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo de sucia nieve pisada por dos policías que vigilaban cualquier movimiento sospechoso. Recogió los guantes, y continuó caminando como si nada sucediera. De forma altiva pero elegante se dirigió hacia la salida de la estación, dejando clara constancia de sus pasos firmes y rotundos, propios de unos taconazos de alto diseño italiano. Fueron un regalo de su último amante: poderoso personaje del mundo de las finanzas.
Lo siento Axia, pero sólo se permiten 3 palabras por aportación. La tuya queda así:
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El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo de sucia nieve pisada por dos policías que vigilaban cualquier movimiento sospechoso. Recogió los guantes, y continuó caminando con firme elegancia
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El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo de sucia nieve pisada por dos policías que vigilaban cualquier movimiento sospechoso. Recogió los guantes, y continuó caminando con firme elegancia y paso seguro
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En la calle
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En la calle un espectacular coche
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En la calle un espectacular coche seguía sus pasos
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En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba
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En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre
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En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordeno parar
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En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordeno parar en la esquina
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En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordeno parar en la esquina, abrió la ventanilla
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En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordeno parar en la esquina, abrió la ventanilla esputando sin cesar
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En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordeno parar en la esquina, abrió la ventanilla esputando sin cesar y mirándola fijamente
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En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordeno parar en la esquina, abrió la ventanilla esputando sin cesar y mirándola fijamente le pidió acercarse
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En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordeno parar en la esquina, abrió la ventanilla esputando sin cesar y mirándola fijamente le pidió acercarse. Asqueada retrocedió resbalando
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El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo de sucia nieve pisada por dos policías que vigilaban cualquier movimiento sospechoso. Recogió los guantes, y continuó caminando con firme elegancia y paso seguro hacia la salida de la estación.
En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordeno parar en la esquina, abrió la ventanilla esputando sin cesar y mirándola fijamente le pidió acercarse. Asqueada retrocedió resbalando, llorando dijo: -Basta
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En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordeno parar en la esquina, abrió la ventanilla esputando sin cesar y mirándola fijamente le pidió acercarse. Asqueada retrocedió resbalando, llorando dijo: -Basta. ¡Deja de seguirme!
El día asomaba, el sol comenzaba su viaje por el lejano oriente, ahuyentando la noche pasada especialmente oscura. Pensando en lo duro que es la crisis existencial, intentando encontrar un remanso de paz, pero piensas que la vida es corta para detenerse y mirar hacia la profunda huella del tiempo pasado que has dejado en mi alma ansiosa de ser, por fín, libre; y así viajar liger@ de equipaje.
El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo de sucia nieve pisada por dos policías que vigilaban cualquier movimiento sospechoso. Recogió los guantes, y continuó caminando con firme elegancia y paso seguro hacia la salida de la estación.
En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordeno parar en la esquina, abrió la ventanilla esputando sin cesar y mirándola fijamente le pidió acercarse. Asqueada retrocedió resbalando, llorando dijo: -Basta. ¡Deja de seguirme!, por favor... abuelo
¡deja de escupir!
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El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo de sucia nieve pisada por dos policías que vigilaban cualquier movimiento sospechoso. Recogió los guantes, y continuó caminando con firme elegancia y paso seguro hacia la salida de la estación.
En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordeno parar en la esquina, abrió la ventanilla esputando sin cesar y mirándola fijamente le pidió acercarse. Asqueada retrocedió resbalando, llorando dijo: -Basta. ¡Deja de seguirme!, por favor... abuelo ¡deja de escupir!
El día asomaba, el sol comenzaba su viaje por el lejano oriente, ahuyentando la noche pasada especialmente oscura. Pensando en lo duro que es la crisis existencial, intentando encontrar un remanso de paz, pero piensas que la vida es corta para detenerse y mirar hacia la profunda huella del tiempo pasado que has dejado en mi alma ansiosa de ser, por fín, libre; y así viajar liger@ de equipaje.
El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo de sucia nieve pisada por dos policías que vigilaban cualquier movimiento sospechoso. Recogió los guantes, y continuó caminando con firme elegancia y paso seguro hacia la salida de la estación.
En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordeno parar en la esquina, abrió la ventanilla esputando sin cesar y mirándola fijamente le pidió acercarse. Asqueada retrocedió resbalando, llorando dijo: -Basta. ¡Deja de seguirme!, por favor... abuelo ¡deja de escupir!-, pero la ignoró
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En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordeno parar en la esquina, abrió la ventanilla esputando sin cesar y mirándola fijamente le pidió acercarse. Asqueada retrocedió resbalando, llorando dijo: -Basta. ¡Deja de seguirme!, por favor... abuelo ¡deja de escupir!-, pero la ignoró, mientras aplataba una
El día asomaba, el sol comenzaba su viaje por el lejano oriente, ahuyentando la noche pasada especialmente oscura. Pensando en lo duro que es la crisis existencial, intentando encontrar un remanso de paz, pero piensas que la vida es corta para detenerse y mirar hacia la profunda huella del tiempo pasado que has dejado en mi alma ansiosa de ser, por fín, libre; y así viajar liger@ de equipaje.
El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajo ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo de sucia nieve pisada por dos policías que vigilaban cualquier movimiento sospechoso. Recogió los guantes, y continuó caminando con firme elegancia y paso seguro hacia la salida de la estación.
En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordeno parar en la esquina, abrió la ventanilla esputando sin cesar y mirándola fijamente le pidió acercarse. Asqueada retrocedió resbalando, llorando dijo: -Basta. ¡Deja de seguirme!, por favor... abuelo ¡deja de escupir!-, pero la ignoró, mientras aplastaba una cucaracha al bajar
El día asomaba, el sol comenzaba su viaje por el lejano oriente, ahuyentando la noche pasada especialmente oscura. Pensando en lo duro que es la crisis existencial, intentando encontrar un remanso de paz, pero piensas que la vida es corta para detenerse y mirar hacia la profunda huella del tiempo pasado que has dejado en mi alma ansiosa de ser, por fín, libre; y así viajar liger@ de equipaje.
El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajó ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo de sucia nieve pisada por dos policías que vigilaban cualquier movimiento sospechoso. Recogió los guantes, y continuó caminando con firme elegancia y paso seguro hacia la salida de la estación.
En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordenó parar en la esquina, abrió la ventanilla esputando sin cesar y mirándola fijamente le pidió acercarse. Asqueada retrocedió resbalando, llorando dijo: -Basta. ¡Deja de seguirme!, por favor... abuelo ¡deja de escupir!-, pero la ignoró, mientras aplastaba una cucaracha al bajar de aquel coche
El día asomaba, el sol comenzaba su viaje por el lejano oriente, ahuyentando la noche pasada especialmente oscura. Pensando en lo duro que es la crisis existencial, intentando encontrar un remanso de paz, pero piensas que la vida es corta para detenerse y mirar hacia la profunda huella del tiempo pasado que has dejado en mi alma ansiosa de ser, por fín, libre; y así viajar liger@ de equipaje.
El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajó ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo de sucia nieve pisada por dos policías que vigilaban cualquier movimiento sospechoso. Recogió los guantes, y continuó caminando con firme elegancia y paso seguro hacia la salida de la estación.
En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordenó parar en la esquina, abrió la ventanilla esputando sin cesar y mirándola fijamente le pidió acercarse. Asqueada retrocedió resbalando, llorando dijo: -Basta. ¡Deja de seguirme!, por favor... abuelo ¡deja de escupir!-, pero la ignoró, mientras aplastaba una cucaracha al bajar de aquel coche para bebés obesos
El día asomaba, el sol comenzaba su viaje por el lejano oriente, ahuyentando la noche pasada especialmente oscura. Pensando en lo duro que es la crisis existencial, intentando encontrar un remanso de paz, pero piensas que la vida es corta para detenerse y mirar hacia la profunda huella del tiempo pasado que has dejado en mi alma ansiosa de ser, por fín, libre; y así viajar liger@ de equipaje.
El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajó ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo de sucia nieve pisada por dos policías que vigilaban cualquier movimiento sospechoso. Recogió los guantes, y continuó caminando con firme elegancia y paso seguro hacia la salida de la estación.
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El abuelo la
El día asomaba, el sol comenzaba su viaje por el lejano oriente, ahuyentando la noche pasada especialmente oscura. Pensando en lo duro que es la crisis existencial, intentando encontrar un remanso de paz, pero piensas que la vida es corta para detenerse y mirar hacia la profunda huella del tiempo pasado que has dejado en mi alma ansiosa de ser, por fín, libre; y así viajar liger@ de equipaje.
El Orient Express se detuvo inesperadamente, y bajó ella...su esbelta figura, al abarrotado andén; se le cayeron sus blancos guantes al frío suelo de sucia nieve pisada por dos policías que vigilaban cualquier movimiento sospechoso. Recogió los guantes, y continuó caminando con firme elegancia y paso seguro hacia la salida de la estación.
En la calle un espectacular coche seguía sus pasos. Dentro estaba un enjuto hombre, tranquilamente ordenó parar en la esquina, abrió la ventanilla esputando sin cesar y mirándola fijamente le pidió acercarse. Asqueada retrocedió resbalando, llorando dijo: -Basta. ¡Deja de seguirme!, por favor... abuelo ¡deja de escupir!-, pero la ignoró, mientras aplastaba una cucaracha al bajar de aquel coche para bebés obesos.
El abuelo la obligó a subir
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